Compañeros maestros y compañeras maestras de todo el Perú.
Hoy 6 de julio los maestros celebramos, por un lado, el Día del Maestro Peruano y, por otro, el 40 aniversario de la fundación de nuestro glorioso y combativo sindicato, por lo que les expresamos a todos y a todas el saludo de clase del SUTEP.
El Día del Maestro Peruano tiene dos valoraciones según provenga de los gobiernos, o de quienes ejercemos nuestra profesión como una actividad social al lado del pueblo.
Para las clases dominantes y sus gobiernos, el ejercicio de la docencia es un acto de apostolado pasivo. El maestro debe ser un profesional que no debe interesarse por los problemas del país, debe enseñar sin reclamar sus derechos. Debe ser un ciudadano sin derechos políticos. Debe ser una persona obediente de todas las decisiones de los gobernantes, aunque esas decisiones atenten contra los derechos del pueblo.
Para los maestros peruanos organizados en el SUTEP el ejercicio de la docencia se relaciona con la situación del país y con las aspiraciones económicas, políticas y culturales de nuestro pueblo. Enseñamos a los niños su derechos pero exigiendo que también se respeten los nuestros. No podemos inculcar en los niños el ejercicio de los derechos ciudadanos, civiles y políticos, mientras nosotros los maestros nos excluimos de la lucha por esos derechos, entre ellos, nuestros derechos como trabajadores en la educación.
Consideramos que el ejercicio de la profesión docente es un apostolado, un acto de fe en la misión de formar a las nuevas generaciones, pero apostolado activo, no pasivo ni sumiso a las órdenes de una burocracia estatal que ha convertido a la educación, en el mayor de los casos, en una ocasión para ganar prebendas y hasta para cometer irregularidades con fines personales.
La docencia para nosotros es, a la par que enseñamos con la preparación debida y la responsabilidad permanente, un acto de dignidad para enfrentar los problemas de nuestros estudiantes, que no solamente son psicológicos, sino materiales. Es un acto de dignidad porque enseñamos en condiciones precarias, incluso con un salario que no nos permite resolver adecuadamente nuestros problemas de supervivencia. Y por eso nos pertenece el derecho de organizarnos sindicalmente, como todos los trabajadores del Perú y del mundo, para reclamar a los gobiernos que los maestros somos de carne y hueso, que necesitamos vivienda, alimentación, cuidado de nuestra salud, acceso a los bienes culturales, actualización profesional, lectura de libros y de información suficientes. Estas necesidades no se resuelven con discursos ni ofrecimientos gaseosos, sino con el otorgamiento de salarios dignos y buenas condiciones de trabajo en las escuelas.
Hace 40 años, el 6 de julio de 1972, los maestros peruanos fundamos el SUTEP en el Congreso de Unificación realizado en el Cusco. Ese Congreso fue el resultado de años de trabajo de los jóvenes maestros de aquellos años memorables de grandes luchas obreras, campesinas y de los maestros peruanos.
En aquel Congreso se conformó una nueva organización del magisterio peruano dejando atrás la existencia de cinco sindicatos que no permitían unificar nuestras luchas. Esta tendencia unificadora ocurría también en la mayoría de los países latinoamericanos, pues en todos ellos los gobiernos preferían divididos a los maestros para seguir manteniéndoles pasivos y sumisos, soportando calladamente la pobreza de sus remuneraciones y una educación pública abandonada hasta hoy.
Vivimos los mismos problemas educativos y profesionales. La crisis de nuestra educación se ha agravado. La educación pública está más abandonada. Nuestros salarios son los más bajos de los que reciben los demás maestros latinoamericanos. Nuestro sindicato es objeto de campañas de desprestigio por los enemigos de la educación pública. Nuestros derechos han sido conculcados y el actual gobierno se niega a restituirlos. El SUTEP hace serios esfuerzos para buscar soluciones en la mesa de diálogo, pero, si eso no funciona, convocaremos al magisterio a la lucha directa de masas, pero, de manera unitaria y orgánica. Saludamos al magisterio nacional por su firmeza en la defensa de la unidad de nuestro gremio, rechazando posiciones divisionistas, violentistas y oportunistas que definitivamente deben ser desterrados de nuestro gremio.
Nuestro sindicato se enfrentó a todas las dictaduras desde su fundación, pero también a todos los gobiernos elegidos en elecciones que han mantenido políticas contrarias a los verdaderos intereses del pueblo y de la nación; como lo está demostrando el actual gobierno de Ollanta Humala, motivo por el cual los compañeros de Cajamarca vienen luchando defendiendo el medio ambiente y los recursos naturales; lucha en la que el comportamiento prepotente y autoritario del gobierno, ya ha costado cinco muertos, como consecuencia de la militarización de la zona. El SUTEP, también expresa en este día muy especial, su solidaridad al pueblo de Cajamarca y sobre todo a los familiares de los heroicos ciudadanos asesinados en esta región, hecho que jamás debe volver a repetirse.
Al pueblo y a los padres de familia les ofrecemos nuestra convicción de educadores al servicio de sus hijos. No habrá ningún cambio importante en nuestro país sin la unidad del pueblo con sus maestros.
¡VIVA EL DÍA DEL MAESTRO PERUANO!
¡VIVA EL SUTEP Y SUS 40 AÑOS DE LUCHA JUNTO AL PUEBLO!
¡GLORIA ETERNA A LOS MÁRTIRES DE LA LUCHA DEL MAGISTERIO Y DEL PUEBLO!
Renee Ramírez Puerta Lucio Castro Chipana
Secretario General Secretario de Comunicaciones.
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