Elecciones 2011, planes que vienen y van: ¿quién se hace responsable?
Por: Patricia Salas O´Brien Es destacable que en la mayoría de los planes de gobierno se reconozca que el Estado tiene responsabilidad para con los niños y niñas en el país y que se propongan metas en nutrición, salud y educación, por lo menos, igualmente, que se anuncie el aumento de presupuesto para la inversión en áreas sociales. Lo que se estaría reconociendo entonces, es la necesidad de enfoques multidimensionales y multisectoriales y que para asegurar el desarrollo infantil es necesario complementar políticas. Sin embargo, al leer los planes de gobierno tengo la impresión que la descentralización no existe y me pregunto si ello es sólo un descuido producto de la inercia, o hay una vocación centralista que no se puede ocultar. Si bien ambas situaciones son inaceptables en sí mismas, me parece que también es un error estratégico, pues no se está aprovechando la descentralización como una oportunidad para compartir la responsabilidad, repotenciar la gestión pública y aumentar la efectividad de las políticas públicas, en este caso para la atención de la primera infancia.
La efectividad de las políticas para la primera infancia depende por lo menos de tres elementos: la calidad e integralidad de los programas, la magnitud del presupuesto comprometido en los programas y de la calidad de la gestión. Para nadie es una novedad que espléndidos programas, debidamente financiados, se han estropeado con gestiones ineficientes, rígidas, autocentradas y con poco aprecio por la planificación, la evaluación y la participación. Fortalecer las capacidades de gestión del Estado descentralizado, es una tarea imprescindible, que implica algunos desafíos importantes:
1. Recuperar la noción que la atención a la ciudadanía, de manera oportuna y de calidad, es el objetivo central de la gestión; ello implica tener buenas bases de datos acerca de cuántos son, quiénes son, dónde están, qué necesitan y si están o no siendo atendidos. 2. Un gobierno nacional que se fortalece en sus capacidades de formular políticas, de dar orientación política y técnica al conjunto de gobiernos subnacionales, que monitorea la calidad de los procesos y los resultados de las políticas, que gestiona conocimiento con y para el conjunto del país, y que despliega los esfuerzos necesarios para que cada instancia de gobierno tenga las mejores capacidades institucionales y técnicas para cumplir con sus responsabilidades. 3. Un sistema de planeamiento basado en la información que articule: • Los propósitos de largo plazo, con metas claras para el mediano plazo, planes operativos anuales debidamente financiados y proyectos de inversión pública. • La planificación de los niveles locales, regionales y el nacional en una lógica que permita hacer fluir la información y las decisiones de manera oportuna y en función de las responsabilidades de cada nivel de gobierno y los objetivos a alcanzar. • La planificación de los diversos sectores para favorecer la confluencia de esfuerzos y recursos. 4. Un sistema de información georeferenciado que se articula entre los tres niveles de gobierno e intersectorialmente y permite reconocer las características y necesidades de diversos grupos en la ciudadanía, su magnitud y localización. Una pieza clave del sistema pueden ser redes de comunidades y juntas vecinales articuladas por las municipalidades distritales, que puedan dar alertas cuando sea necesario. 5. Un modelo de gestión que prevea el tinglado de relaciones entre las instancias de gobierno, con los otros sectores del Estado y la ciudadanía, que organice sus procedimientos en función de los resultados que se busca y simplifique trámites y procesos haciendo uso de tecnologías de información.
Hemos avanzado en determinar QUÉ es lo que se debe hacer a favor de la primera infancia, lo dicen el Plan Nacional de Acción por la Infancia, el Proyecto Educativo Nacional, el Pacto Ciudadano por la Infancia, conocemos de algunas herramientas y estrategias que han sido desarrolladas por el propio Estado y diversas organizaciones de la sociedad, que nos aportan en el CÓMO lograr los objetivos y metas propuestos; toca ahora centrar la mirada en el QUIÉN, es decir el o los responsables de llevar adelante los programas, ejecutar los presupuestos e incluso hacer viable la voluntad política. Toca pues fortalecer las capacidades institucionales del Estado tanto a nivel nacional, como regional y local.
Patricia Salas O´Brien, socióloga, ex presidenta del Consejo Nacional de Educación, investigadora de la Universidad Antonio Ruíz de Montoya y miembro del Grupo Impulsor Inversión en la Infancia.
Patricia Salas O'Brien Presidenta del Consejo Nacional de Educación 2006-08-30 El actual es un escenario educativo dramático, donde el 98% de los niños no aprende lo que debe aprender, afirmó la presidenta del Consejo Nacional de Educación, Patricia Salas O'Brien, ante la Comisión de Educación del Congreso. Hay que derrotar la exclusión, romper la desigualdad y disminuir las brechas en la educación ocasionadas por el género, la pobreza y la discapacidad. Hay que reinventar las instituciones escolares del país, brindar mayor apoyo técnico en evaluación y acreditación, y de igual forma, es necesario descentralizar la educación y hacerla más participativa, opinó ella. Denunció que el nivel de corrupción en el sector era muy alto. La educación en el país está con anemia. Por eso es necesario hacer cambios de verdad, concluyó. Miércoles 16 de Septiembre de 2009 15:54 Escrito por: Patricia Salas O`Brien Quiero comenzar por algunas reflexiones que me suscita el cuadro que acompaña el documento de convocatoria, la primera es, la confirmación que la mayor deuda está en brindar buena educación a los más pobres, a las personas que viven en áreas rurales y a las que provienen de familias de menor escolaridad; esta es una situación que me gustaría ver desde dos ángulos, el del rol o la importancia de lo rural para nuestros países y desde las posibilidades de representación y negociación política en nuestros países, en particular de los más pobres. El contexto desde el que desarrollaré las ideas, es la realidad peruana y el hecho de que tenemos una política de Estado en educación, las idas, vueltas y omisiones luego de su aprobación por el gobierno peruano, así como los esfuerzos de gobiernos regionales e instituciones diversas en el país por lograr cambios educativos. Procesos que he podido acompañar desde mi condición de miembro del Consejo Nacional de Educación, institución que impulsara la formulación concertada del Proyecto Educativo Nacional y es responsable de su seguimiento y vigilancia. LO RURAL YA NO TIENE UN LUGAR EN EL MUNDO, NI EN LAS MENTES DE LAS PERSONAS
Desde la colonia y los inicios de la República, el agro, en el Perú sólo tuvo importancia en la medida que estuviera ligado al circuito exportador, sea para la manutención de las personas que trabajaban en los grandes asentamientos mineros o, sea por la gran cadena de agro exportación, asociada a la caña de azúcar, el algodón, la lana o el caucho. Entrado el siglo XX, recorrió el continente, el impulso industrializador. El ideal del progreso, de modernidad, consistía en convertirse en una sociedad urbana e industrial; esa fue la visión de futuro que compartimos todos y que dejó al agro, en un rol subsidiario y poco deseado.Pero, por supuesto no se trataba sólo de un tipo de actividad productiva, sino de elegir un modo de vida, el urbano occidental, marcado por el mercado, el consumo, la homogeneidad y la comodidad y, no hay que soslayarlo, marcado también por el acceso a la ciudadanía, a los derechos. Entonces lo rural y ya no solo lo agrario, dejaba de tener sentido, era lo que representaba el atraso, tanto en sus componentes socio económicos como en los culturales. Sólo a manera de ejemplo, recordaremos que en el Perú a finales de los 60, el 24 de junio, una fecha de celebración nacional, cambió su nominación de Día del Indio a Día del Campesino, en un acto que, para el gobierno y los aires de entonces, estoy segura que fue un gesto inclusivo, pero que visto en perspectiva, se puede leer como la abolición de lo indígena como cultura, como proyecto social, para reducirlo a una categoría laboral, económica, acorde con los tiempos de modernidad impulsado por el Modelo de sustitución de importaciones. Fue muy efectivo, nadie quiere ser agricultor, ni campesino, ni rural; las personas que viven en las áreas rurales, lo que aspiran es a migrar, y ven la educación como uno de los elementos para cumplir ese propósito, o la motivación para tomar la decisión. En las zonas rurales es muy común escuchar a los padres y madres de familia, declarar que envían a sus hijos a la escuela para que "…no sean como ellos…"; lo cual no es exclusivo de familias muy pobres o de lugares muy alejados de la ciudad, la misma declaración la hacen pequeños agricultores, articulados al mercado. De la misma manera hemos encontrado que la ruta de migración en busca de mejor oferta educativa se ha acortado. Lo común hace 25 ó 30 años era que las familias con mejores posibilidades, enviaran a sus hijos e hijas a la ciudad más cercana en busca de educación superior; ello estaba acompañado de la migración al pueblo más cercano donde había una secundaria; pues eso ya no es suficiente, ahora se envía a los jóvenes a terminar la secundaria a la ciudad capital de la región, con la idea de que aumentarán sus posibilidades de acceso a la educación superior. Continua el texto en : |